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martes, 8 de noviembre de 2011

Capitulo 4: Trabajo

Bueno después de un recorrido en el tren llegó al centro comercial en donde está la oficina en donde va empezar su nuevo trabajo, pero como llego temprano se quedo esperando mientras abrían las puertas de la oficina. Estando allí, se dispuso a recordar...

(Robert) Hay muchas experiencias trabajando en restaurantes, cafeterías y puestos de teléfonos... En una oportunidad tuvo que entrar en un almacén de refrescos de latas donde había una cantidad enorme de abejas, él no quería entrar, el encargado le dio un consejo para levantarle el ánimo (es posible que el no quería ser el que entrara) :
-Robert, utiliza la manguera, mojarlas! y las ahuyentaras. Y espera un momento hasta que se vayan.

La idea sonaba genial (Robert), pero igualito se arriesgaba a ser picado. Pero pensó; que tanto es que te pique una abeja. El problema no es que te pique una abeja, sino el lugar en donde lo hace ; ahhhrrr! le pico una abeja en la oreja. Que fastidio es que te piquen en la oreja.

En otra oportunidad fue al mismo almacén, pero cambió la situación; ¡No había agua! y ¡había más cantidad de abejas!, entró con la más calma posible, paso a pasito, deseando que no le picara ninguna; ahhr! le picó una en el ojo; que molesto y también que doloroso.

(Robert)Bueno no especifique, que fueran bonitas, pero son emocionantes y otras un poco cómicas... Un día encontró a una compañera de trabajo con el mango que se utiliza para colocar las crema en las tortas, cafés especiales y de adorno en los postres; estaba comiendo una gran cantidad, de una sola exprimida; estaba agachada detrás de la barra en un sitio escondido, pero no tanto;

-Estaba comiendo un poquito, esta muy buena y estaba antojada.

Solo duró un mes. Tapo un día el baño de las mujeres, se la pasaba sentada en el lugar en el que estaban las computadoras (cyber café) y un día la encontraron fumando mariguana. Con razón tenía una actitud de loca desesperada, ansiosa de cualquier cosa.

En una ocasión trabajó como encargado de un café, como cambian las miradas de las compañeras, debe ser para permitirles holgazanear pensó. Pero después había mucha manoseadera, una le pidió que fuera su novia y varias proposiciones aparecieron.

Mientras estaba en la rutina del trabajo se dio cuenta que se le bajó el cierre de la chaqueta de la compañera. No tenía sostén;
-Disculpa, es que salí apurada de mi casa y el cierre del suéter está dañado.

Ocurrieron varias veces el accidente al frente de él, no sabia que hacer o qué decir, era muy bonita, pero no era su tipo.

Bueno en otra oportunidad en la mañana había ido al teleférico (El Ávila) y cuando bajo se le hizo tarde, salió corriendo al trabajo, y cuando llegó había un charco de agua inundando todo el café, y un chorro salía del techo como una cascada;

-SE ROMPIÓ el tubo del tanque y no sabemos qué hacer.

Robert llama al jefe y él le indica que en la parte de abajo del edificio está la llave de conexión de agua pero por mala suerte de Robert, se encontraba bajo candado la puerta contenedora, tuvo que esperar que le abrieran el candado, cerrar el agua y esperar al plomero para arreglar la avería, un intenso día, -si que estuvo así (pensó Robert).

En el puesto de teléfonos se encontró a mucha gente, conoció a muchas más y de pronto sin su interés ni consentimiento empezó a enterarse de muchas cosas que vive la gente.

En una oportunidad se le sienta al lado en un banquillo extra una muchacha bien bonita, su compañera fue la que pidió el teléfono, se dispuso hacer varias llamadas, mientras lo hacía, la otra tuvo una charla muy simpática con Robert entre la charla;

- Uyy Mamita, (Señor) vistes qué pinta tenía? parece una de esas (susurro).

-Hay si como si nunca fuera visto a una mujer! (Mujer sentada al lado de Robert).

- Escuchaste eso? como si todas las mujeres que vistieran así fueran de ese tipo, mi amiga no es así!

- Pues si eso pasa, se llevan una idea equivocada por la apariencia. (Robert)

- Hablando de otra cosa, a que hora sales mi amor. Sabes la verdad es que yo soy una dama compañia si quieres vamos a un hotel. Te lo dejo a un buen precio, porque eres mi tipo.

-OOoh!, Gracias por la invitación. Pero en este momento no tengo plata. (Y si tuviera tampoco la gastaría de esa forma pensó Robert).

Como es de capciosa la vida; la muchacha se queja de lo que le dicen a la amiga, pero mas acertado no pudo ser el señor, eran de ese tipo, aunque no es correcto tampoco decirlo (Comenta Robert echando el cuento).

Llegó la muchacha a abrir las puertas de la oficina se interrumpieron los pensamientos del pasado, subieron el ascensor y Robert comenzó a trabajar en su nuevo trabajo, después de tanto esfuerzo de estudio y trabajo a la vez (ya contento de estar recién graduado).

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