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martes, 25 de febrero de 2020

Capitulo 8: No quiero!

Robert analizo al técnico, se llama Tito. Un muchacho de veinte tantos años aproximadamente, un tipo normal; sociable y al mismo tiempo reservado, por el problema de su mama enferma se notaba angustiado y desesperanzado por no tener ningún tipo de ayuda económica. Ningún otro familiar que lo ayude o aliente para hacer las cosas mejor. Si! tenia una familia grande pero ninguno le preocupaba lo que le sucedía a su mama, solo daban palabras de aliento desde lejos y sin ningún acto de bondad.

Robert volvió a su mundo de reflexiones y pensó que la situación de Tito es muy parecida al mundo de hoy en día: Muchas personas con problemas y muchas otras que pudieran ayudar; pero son como esa familia que solo dan palabras y pocas acciones. Están abundantes de razonamientos, cuando lo que necesitan es comida, abrigo, medicinas y todas las cosas básicas para su bienestar. Que hipócrita se puede ser cuando tu vecino tiene hambre y lo que le regalas son palabras. Muy aplicativo dice el dicho: Una acción vale mas, que mil palabras.

 No es difícil perseguir a alguien si sabes donde vive. Robert se levanto muy de mañana y espero cerca de la casa de Tito, espero hasta que salio, pero en esta oportunidad salio con cara de preocupado, Robert se le iba acercar para no darle mas vueltas al asunto, pero se escucharon las sirenas de la ambulancia y llego en menos de dos minutos a pararse donde Tito. Violentamente sacan la camilla y suben al segundo piso donde estaba la mama, la sacan en unos minutos y se la llevan con Tito en la parte de atrás. Antes de que arrancara Robert le pregunto con un grito al chofer:¡¿A donde llevan a la vecina querida para poder ir?!. El chofer con un grito le dijo: ¡Al Perez Carreño!. No se sentía bien Robert al mentir o simular, pero era lo que se debía hacer, reaccionar rápido y buscar la forma de conectar con Tito, estaba contra reloj, nada podía hacer para solucionar la situación de Tito, solo pensaba en como ayudar a Carlos a conseguir lo que le habían robado (La información de su empresa).

Volviendo en su tarea por realizar. Robert no pudo escoger el mejor lugar para hablar con Tito, su mama empeoro y tuvieron que ir de emergencia al hospital, nada agradable le puede esperar, lo sabe, pero no hay tiempo que perder, y menos si lo peor esta pasando ya en ese momento, la desgarradora emergencia familiar, el impulso que lleva a la locura.

Ya estando en el Perez Carreño, se consiguió con el escenario menos apropiado. Le toco volver a simular que le dolía mucho el estomago, se tiro al piso y daba vueltas en el suelo, hasta que un enfermero le indico que pasara, pero como no se movía mientras simulaba su dolor; lo ayudo a levantarse, lo puso en la camilla mas próxima y le dijo que esperara. Ya había podido pasar el primer nivel de dificultad, como si de un juego se tratara, se sintió animado para poder hacer lo que se proponía, su segundo nivel; hallar a Tito, su tercer nivel; hablar con Tito y su último nivel: convencer a Tito, para que devolviera la información.

Paso por diferentes camillas, enfermos, acompañantes, médicos y enfermeros. Sabia a donde podían llevar a la mama de Tito; al quirófano. Tenía que perspicazmente preguntar a los pacientes, porque los médicos o enfermeros lo podían sacar de emergencias. Mientras buscaba el quirófano, veía sangre en los pasillos, escuchaba gente gritando del dolor y uno que otro evento en vivo y directo. No le incomodaba lo que veía, ni le daba nauseas, ni ningún tipo de sentimiento nostálgico, pero si veía todo lo que faltaba en el hospital y todo lo que, a sus ojos le parecía mal. Al terminar su recorrido le dio fue indignación. Solo pensaba como podía existir un sitio tan importante en tales condiciones, tan poco atendido por los poderosos en economía y los gobernantes del estado. Era un deber de todos hacer algo por los que sufrían y mucho mas por los que tenían enfermedades. Que cambio radical se necesitaba para que todo esto cambie para mejor, es que acaso ¿no hay nadie que nos pueda ayudar?!.

Llego a un sitio con la luz tenue y con el ambiente pesado de la tragedia, ya Robert estaba lleno de pensamientos negativos por todo lo que había visto, pero la cara de los familiares dolientes, esperando por sus seres queridos, es mas que suficiente para arrugar nuestros corazones si somos sensibles y empáticos por el dolor ajeno. Allí estaba Tito sentado con la cara agachada, no había nadie a su alrededor, nadie que le colocara su mano en la espalda, nadie que le dijera todo saldrá bien, animate! hoy no es el día para tu mamá, solo toma tiempo que salga, ella volverá!. Solo había exactamente donde estaba; un bombillo que prendía y apagaba, como si fuera apagarse en cualquier momento, demostrando así que la noticia que esperaba no era nada buena.

Robert se sentó cerca, con un puesto de distancia entre los dos, no quería perturbar mas su estado de animo, pero no había de otra; sostenía el celular en su mano derecha, la mano izquierda la tenia en su cara mientras una y otra vez giraba su cabeza. Se repetía: No, no, no... Estando tan cerca No!.

Robert: Disculpa que me entrometa en tu dolor, no se que te pueda estar pasando en este momento, pero como te veo solo, necesito preguntar: Necesitas mi ayuda? Hay algo que pueda hacer por ti?, Seguramente no pueda, pero de verdad quisiera ayudarte, así me pidas un abrazo o lo que sea, aquí estoy.


Tito con cara de rabia y un poco desorientado: Quien eres tu?

Robert: No soy nadie, solo un tipo común que está aquí por una emergencia familiar.


Tito respiro profundo: No se quien eres, pero gracias por ofrecerte ayudar. Mi dolor es muy grande y no te quiero ofender por mi estado, así que por favor dejame solo, no quiero hablar con nadie, solo necesito hacer una llamada para llevar a mi mama a una Clínica.


Robert: a caso llamaras a quien le vendiste la información que te robaste?


Tito se quedo con cara de sorprendido, no se lo esperaba, ya no sentía dolor, ni preocupación, el asombro y la sorpresa lo desubicaron, no sabia quien estaba al frente, llevaba una chaqueta gruesa y no sabia si estaba armado, le dio miedo, pero no podía correr, su mama estaba allí. Solo se quedo a la expectativa.

Robert no aplico nada de lo que había aprendido. Y es lógico, no pudo hablar en el mejor momento, ya estaba apunto de perder lo que vino a recuperar, no le quedaba mas tiempo que irse por la ofensiva, ya no tenia un recurso a la mano para ofrecerle a Tito, solo quedaba ser directo y negociar.

Robert: Antes que te levantes, actúes o hables, quiero que sepas que lo que te dije es verdad, te ofrezco mi ayuda y si estoy aquí por una emergencia familiar; La familia de Carlos solo cuenta con la empresa que tienen y son numerosos. Ciertamente parecen ricos, pero también tienen a su abuela enferma y todas las necesidades básicas, que cualquier familia tiene. Si entregas la información que te pidieron, los dejaras sin nada, hasta quien sabe, puedes ocasionar una tragedia tan grande como la que vives en este momento.
No te vengo solo hablar de la situación que tu ya bien conoces. Si no te vengo a ofrecer un trato; se que no estarías haciendo esto si no fuera por tu mama; Te propongo esto: Dime quien te quiere comprar la información y yo ahorita mismo llamo a Carlos y le pido que lleve a tu mama a una Clínica con todos los gastos pagos. Sabes que él puede hacerlo y es mejor que lo hagas de esta forma a que cometas un delito y sean mayores los problemas que te agobian. Piensa en las consecuencias. Es mejor el trato que yo te propongo de manera que tu expediente quede limpio y puedas tener un futuro; eso es lo que tu mama quiere para ti; un futuro.

Robert sintió que a la final si pudo aplicar algo de lo que aprendió, pero no espero nada para decir todo lo que se le ocurrió, había muchos huecos y Tito no dudo en reprocharlo.


Tito: Te vuelvo hacer la pregunta: Quien eres tu? ¿Con que autoridad puedes llamar a Carlos y ofrecerme esto? ¿Que me aseguran a mi que cuando les entregué la información, cumplirán con el trato?

Robert: Es lo mismo que con la empresa que te quiere comprar la información. Los mismos términos te ofrecemos, al llegar a la clínica con tu mama, después que la atiendan o al momento recibiremos lo prometido. No hay que desconfiar; quienes son mejores los avariciosos que te pidieron hacer algo malo como robar o nosotros que te pedimos que te redimas. Y con respecto a quien soy. Soy un muy buen amigo de Carlos, tanto así que estoy dispuesto a recuperar lo que se le fue quitado.


Tito se quedo pensando por un momento y dijo: Llamalo y veamos si es verdad lo que tu dices, no me hagas perder mas tiempo, no quiero pensar, solo quiero ayudar a mi mama. (No sabia si rehusando se tendría que enfrentar al que tenia de frente, aunque no era de complexión grande, su duda era si estaba armado)

Robert sintió alivio, todo había salido bien, aunque Tito no estaba seguro, no le quedaba de otra, no le convenía llamar en ese momento a su contratante, esta expuesto, ya sabían quien era, lo mejor era aceptar la propuesta que tenia al frente, es decir: Cual es la mejor forma de convencer a un cliente?, Estando allí, en su momento de emergencia y decirle que tu puedes solucionarlo. Aunque quiera saber si otro lo puede hacer mejor o hasta mas económico, su mejor opción es la mas inmediata, para Tito era Robert en representación de Carlos. No le queda de otra.


Robert llama a Carlos, el accede ayudar a Tito (Carlos era un hombre de principios y no dudo en ayudar, mientras pudiera recuperar algo tan importante).


Robert mientras colgaba la llamada, vio al Doctor frente a Tito y Tito se tumba al suelo sosteniendo la bata del doctor llorando; ese grito es algo que no se puede describir con palabras, pero es un grito que te hace bajar los hombros y quedar con un sabor amargo.


Robert no sabia que hacer o que decir. Ya no había nada que hacer o que decir. No hay nada...

Robert se acerca para intentar consolar al doliente, pero este se aleja llorando y entra en el quirófano.



Ahora era Robert quien estaba en ese tenebroso sitio, sentado y con la cara agachada, esperando...



Tito sale del quirófano, ve a Robert y se acerca, se para al frente y viéndolo con cara de odio le dice:

¿Que vas hacer ahora? ¿Que me vas ofrecer? Ya no tienes nada y yo tampoco, alguna vez pensaste que esto podría ocurrir, que fue lo que te motivo acercarte a mi, yo estaba con dolor y tu solo querías venir a mi por tu ego, por querer ayudar a un amigo, que no se si sea verdad. Pero sabes que, ya todo me da igual, vi el cuerpo de mi madre muerta y sabes que vi, un caparazón, un cascaron vació y sin sentimientos, no había pensamientos, ni aliento. Puedes tu acaso saber lo que siento. No, no puedes.


Las palabras de Tito transmitían odio y dolor, Robert no podía contestar ni, decir nada, pero dentro de su lógica solo existía una pregunta:


Robert: Vas a entregar la información?




Tito: No quiero!











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